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Para Patricia Velázquez el reguetón no es solo un género musical: es una máquina del tiempo.
La canción "Gata celosa'' siempre tiene una forma de transportarla a la casa de su abuela cuando veía videos musicales en la televisión. Mientras crecía en Puerto Rico el reguetón se convirtió en la banda sonora de su vida, hasta que una pregunta lo cambió todo.
"¿Cómo se puede ser feminista y escuchar reguetón?", le preguntó un día una compañera de estudios. Velázquez se considera 100% feminista. Mientras más aprendía sobre feminismo, más sentía que resonaba con lo que ella siempre había creído.
Anteriormente había oído que se acusara al reguetón de ser machista y de cosificar a las mujeres. Pero hasta ese momento, nunca se había cuestionado si el feminismo y el reguetón podían coexistir en su vida. Esta pregunta eventualmente llevaría a Velázquez a explorar los orígenes del género y crear un archivo para constatar el impacto cultural del reguetón.
El nacimiento de un género musical
No todos están de acuerdo en los orígenes del reguetón. Algunos dicen que nació en Jamaica, otros en Panamá, la ciudad de Nueva York y, por supuesto, en Puerto Rico. En verdad todos estos lugares fueron fundamentales en la evolución del género.
El estilo de reguetón que surgió en Puerto Rico en los años 80 salió de las zonas más marginadas de la isla. El género fusionó el rap estadounidense con la estética del reggae de Jamaica y de Panamá, y se escuchaba con frecuencia en barrios con viviendas públicas creadas para familias de bajos recursos.
Era crudo y confrontacional, y a menudo hablaba de lo que estaba pasando en las calles de Puerto Rico. Pero sobre todo, hacía referencia a las condiciones sociales del país.
En los años 90, esta música era conocida como "underground". Los artistas grababan sus canciones con DJs que se encargaban de producir y distribuir múltiples copias de CDs en clubes, lugares de trabajo y barrios.
Fue por esta época que se utilizó por primera vez en la isla la palabra "reguetón". Según DJ Playero, quien es considerado uno de los padres del género, Daddy Yankee lo usó en una canción que grabó con él en 1994.
De la "indecencia" a la "Gasolina"
A medida que la música ganó popularidad, algunos la asociaron con una subcultura criminal, debido a sus orígenes y letras. Un grupo conservador llamado Morality in Media incluso lideró una campaña contra el reguetón en la isla. El Escuadrón de Control del Vicio de la Policía de Puerto Rico y la Guardia Nacional allanaron seis locales de música en el área de San Juan en 1995 y confiscaron cientos de casetes y CDs por violar las leyes locales sobre obscenidad.
Muchos de los videos musicales del reguetón también se inspiraron en videos de rap de Estados Unidos y presentaban mujeres en bikini "perreando", un estilo de baile en el que los bailarines se restriegan unos contra los otros.
El género fue criticado por ser misógino, pero artistas como Ivy Queen intentaron desmantelarlo.
Irrumpió en esa escena machista y lanzó su primer álbum, En mi imperio, en 1997. Ivy Queen quería ofrecer una nueva perspectiva sobre esta música, una que conectara con las mujeres y se identificara con sus experiencias vividas. Incluso habló sobre la violencia de género en la isla. Ivy, sin embargo, fue la excepción.
En 2004, el reguetón tomó el centro del escenario cuando la canción "Gasolina" de Daddy Yankee se extendió como fuego por todo el mundo. Las disqueras de hip-hop empezaron a crear sellos latinos. Y para 2006, los discos de reguetón se vendían tanto que varios artistas recibieron uno de los reconocimientos más importantes de la industria musical: discos de oro, platino y doble platino. El género también llegó a los Grammy Latinos ese año, donde el grupo puertorriqueño Calle 13 ganó tres premios.
Velázquez lidia con la pregunta
En su adolescencia, Velázquez no era consciente de la hipersexualización de las mujeres en las canciones de reguetón. No fue hasta la universidad que comenzó a diseccionar lo que algunas de las letras le decían, comenzando con "Mujeres Talentosas" de Luigi 21 Plus.
En dicha canción dice: "Si Eva no se hubiera comido la manzana / La vida fuera sin malicia y mucho más sana / Pero como esa cabrona se comió la fruta / Por eso es que hoy en día hay mujeres tan putas".
En los días que siguieron a la pregunta de su compañera de la universidad, Velázquez tuvo un poco de crisis de identidad y comenzó a cuestionar si era menos feminista por ser fanática de esta música.
Mientras cursaba su maestría, una profesora de Velázquez puso la tarea de investigar sobre un tema que les diera coraje. Optó por investigar cómo las mujeres puertorriqueñas se relacionaban con el reguetón y cómo se veían representadas en esa música.
Ella no encontró mucho sobre el tema. Pero la investigación para el proyecto la llevó a darse cuenta de su genuino gusto por el reguetón y los problemas de sexismo del género.
Al igual que los defensores del hip-hop en décadas pasadas habían argumentado que la violencia representada en las letras no estaba promoviendo o creando violencia en la vida real, sino que retrataba la violencia que ya existía, lo mismo era cierto para el reguetón, pensó.
"No existe la violencia de género porque el reguetón existe, sino que la violencia de género existe y se ve reflejada en el reguetón y en muchos otros aspectos de la sociedad", dijo Velázquez. "No es solo en la música, sino en la televisión todos los días, en los periódicos, en el Instagram, en todos lados vemos la violencia de género".
También cree que las mujeres representadas en las canciones de reguetón no son pasivas, sino sexualmente activas. En última instancia, dice que cualquier relación que una mujer decida tener con esta música es personal.
"Mi feminismo precisamente me lo permite. Me permite decidir qué me gusta, qué escucho, qué bailo, qué no bailo y me da esa autoridad de mí sobre mi cuerpo y mis decisiones", dice.
Nace un archivo digital
Velázquez había llegado a un acuerdo con sus conflictos internos sobre el reguetón. Pero el proyecto para clase había expuesto otro problema persistente que se sintió impulsada a abordar: no había mucha investigación académica sobre el reguetón. Todo lo que encontró fue crítico con el género. Los artículos lo calificaban, como simple, de ser repetitivo, ofensivo y sin calidad.
Pero Velázquez creía firmemente que el reguetón es una parte importante de la cultura puertorriqueña. Si no existían recursos, tendría que crearlos ella misma.
Años más tarde, mientras hacía una pasantía en el Smithsonian Center for Folklife and Cultural Heritage en Washington D.C., Velázquez conoció a Ashley Oliva Mayor. Ella es historiadora y curadora de música latina.
Una de las metas de Mayor era expandir la representación latina en la colección de música del museo. Y aunque los archivos reflejan la historia de la música, el reguetón no era parte de ella.
Después de ver muchos de los artículos de música latina del Smithsonian, Velázquez se inspiró para crear una colección de objetos que reflejan la historia y los hitos del reguetón. En noviembre de 2019, Velázquez lanzó el proyecto Hasta 'Bajo, que lleva el nombre de una de las frases más gritadas y cantadas en las fiestas de reguetón.
Creó una cuenta de Instagram con la misión de resaltar el valor del género en la cultura puertorriqueña. Velázquez primero buscó a otros fanáticos del reguetón para que la ayudaran a construir un archivo digital. Con el hashtag #SomosHastaBajo, ella pidió a las personas que enviaran fotos e historias de conciertos, casetes, volantes o cualquier otro objeto reguetonero que tuvieran guardado.
Cuando Mayor se enteró del proyecto, le escribió a Velázquez pidiéndole ser parte de él. Las dos comenzaron a reunirse en Zoom y pronto estaban realizando paneles virtuales sobre reguetón y perreo.
Uno de esos paneles se dedicó a hablar sobre el reguetón y el feminismo llamado "Sin mujeres no hay reguetón". Fue muy bien recibido.
Un museo del reguetón en el horizonte
Después de que su audiencia siguió creciendo en las redes sociales, la gente pronto comenzó a preguntar si podían donar objetos físicos. Una de esas personas fue Juan Arroyo, el fundador de Reggaetón World, que era un sitio web dedicado a difundir la música y sus letras. Arroyo donó más de 300 artículos de revistas, CDs y kits de prensa.
Velázquez y Mayor recogieron los artículos y alquilaron una gran bodega climatizada para guardar todos estos objetos. Este fue solo el comienzo de una colección física que ahora incluye entradas para conciertos, carteles, revistas, películas y DVDs de conciertos.
Ahora hay ocho personas dedicadas al mantenimiento del archivo. El grupo da charlas en escuelas, universidades e incluso ha hablado en el Conservatorio de Música de Puerto Rico.
Y aunque el archivo aún se encuentra en sus primeras etapas y continúa expandiendo su colección, Velázquez espera que todo esto sea solo el comienzo de un museo de reguetón más grande algún día.
Así que en el futuro, cuando alguien como Velázquez quiera descubrir más sobre la historia del reguetón, puede recurrir a Hasta 'Bajo.
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Lisette Arévalo es productora senior de Radio Ambulante. Esta historia fue editada por Camila Segura, Natalia Sánchez-Loayza y Daniel Alarcón. Bruno Scelza hizo el fact-checking.
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