En un tarde nublada en la Ciudad de México, sentados en la banca de un parque en la colonia Condesa, mi tío Sergio Carlos recuerda sus inicios en el baile. Mi tío inició en 1980 con un grupo llamado Semblanzas de México.
Toda mi familia vive y son originalmente de México — mi mamá, Patricia Mitre, nació en el estado de Durango pero creció en la Ciudad de México, una ciudad que nunca descansa, junto a sus 11 hermanos. Entre todos los hermanos se crearon una tradición, el baile. Mis tios y mi mamá se unieron a grupos de baile folklórico Mexicano entre los años 70s y 80s.
El último en unirse al club, inspirado por la alegría y orgullo por la danza de mi mamá fue mi tío Sergio. Mi tío Sergio es primo de mi mamá, ella siempre lo ha visto como un hermano más. Todos aquí somos familia, como diría mi madre, él es el miembro número 13 de la familia.
Actualmente, mi tío Sergio forma parte de la compañía de danza y bailes tradicionales Alma Mexicana, al que se unió en 1996. El grupo tuvo una presentación en el Teatro Ferrocarrilero Gudelio Morales a principios de este verano para recaudar fondos para enviar a los miembros del grupo a Turquía en un tour. Mi tío Sergio es parte del grupo que pretende ir a Turquía.
Mi tío Sergio tiene 63 años y cuando su edad es parte de la conversación, él saca a relucir su tarjeta del INAPAM (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores) — la tarjeta de descuento de México para adultos mayores de 60 años, como forma para denotar su orgullo por ser un adulto mayor.
A través de los últimos 42 años, mi tío ha ido perfeccionando su técnica de baile de forma intermitente.
Al principio, como mi familia dice, él no se le daba el baile. En un principio no lo elegían para bailar en el escenario.
Pero su disciplina dio sus frutos con el paso del tiempo.
Cuando empecé a bailar, mi madre me contó la historia de mi tío, sobre cómo nunca se perdía un entrenamiento y, aunque sólo estuviera tras bambalinas o en el fondo, nunca dejaba de asistir a los ensayos.
El afán de mi tío por perfeccionar sus habilidades y, como él dice, "estar en forma", le ha motivado a seguir bailando, incluso en esta etapa de su vida.
Mi madre fue una gran influencia para tío Sergio, ya que era la única mujer entre todos sus hermanos bailando. Entre mi mamá y mis tíos crearon dos grupos de baile folklórico, uno en Ciudad Nezahualcóyotl, situada en el Estado de México — en las afueras de la Ciudad de México — y otro en la ciudad de Durango, en el estado de Durango. Mi madre ha desempeñado diferentes funciones: directora, bailarina y profesora. Siempre ha compartido historias de alumna/os a los que mi mamá ha inspirado a bailar y a seguir una carrera profesional de danza hasta el día de hoy.
Mi madre dejó su carrera para enfocarse en criarnos a mi hermano y a mí. A veces le pregunto si lo echa de menos, y me mira y dice: "Disfruto más verte a ti realizada".
Encontré una pasión propia, la cual es aprender diferentes ritmos de baile, pero la disciplina, el amor a la danza y el arte está inculcado en mi ser gracias a mi familia.
La danza es un común denominador en mi familia.
Una tradición que espero poder seguir construyendo.
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